AVERGONZADOS DE COMPRAR

Judith Vives – Revista Valors https://valors.org/

El movimiento Köpskam castiga a través de las redes sociales aquellos que “presumen” de sus adquisiciones y el “No buy year” anima la gente a no comprar ropa durante un año.

En una época de exceso consumista, en que nos hemos acostumbrado a comprarnos ropa que prácticamente
usamos y tiramos, una nueva tendencia quiere intentar revertirlo. Es lo que se denomina Köpskam, un concepto nacido en Suecia que describe la “vergüenza de comprar”, especialmente en relación con la moda. Esta “vergüenza de comprar” nace cuando nos hacemos responsables ante el coste climático y los problemas que para el planeta supone estar comprando ropa constantemente para cumplir las tendencias de la moda. Y es que, según un informe de la ONU, una pieza se utiliza de media en los países occidentales entre siete y diez veces antes de ser rechazada.

El Köpskam castiga aquellos que “presumen” de sus adquisiciones, por ejemplo publicando fotografías o videos en las redes sociales. Este fenómeno ha puesto en el punto de mira especialmente las influencers
y las marcas de moda, puesto que muchas de ellas basan gran parte de su actividad en mostrar los productos que compran o que las marcas les regalan, a través de los unboxings y otras colaboraciones. Esto las convierte en portavoces de un modelo de vida basado en el consumo masivo e irresponsable.

El Köpskam promueve una forma de entender la vida totalmente opuesta, más amable y, sobre todo, más sostenible. Y, por eso, intenta reducir el consumo de ropa por su alto coste climático y promueve comprar solo lo que se necesita, así como también anima a adquirir ropa de segunda mano. Además, quiere hacer reflexionar sobre la irresponsabilidad ecológica que representa seguir los dictámenes de la moda y hacer entender a la industria textil que su producción tiene que ser sostenible.

Además del Köpskam, en varios países se ha instaurado el movimiento ‘No buy year’, que anima la gente a no comprar ropa durante un año, para demostrar que no hay que comprar con tanta frecuencia. Según la UOC, el sector textil es consciente que el 2030 la presión social se intensificará hasta el punto de amenazar el mismo crecimiento de la industria. Se prevé que llegue un momento en que este derroche estará tan mal visto como hoy lo es no reciclar. Entre los jóvenes, la conciencia es grande. Según un estudio de Nielsen de 2015, un 66 por ciento de la población milenial se muestra dispuesta a comprar piezas con el hashtag sostenible a pesar de pagar más. Los expertos señalan que la generación Z motivará el cambio definitivo.

UNA INDUSTRIA ALTAMENTE CONTAMINANTE

La industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta: produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y transportes marítimos internacionales juntos. Solo a modo de ejemplo, para confeccionar unos tejanos se necesitan 7.500 litros de agua, cantidad que equivale al líquido que bebe de media una persona en siete años. Según señala la ONU, en los últimos años el sector de la moda ha pasado de producir dos temporadas a producir más de seis, para ofrecer cada dos meses nuevas piezas. Hoy, un consumidor acaba tirando la ropa en la mitad de tiempo que hace quince años. Actualmente, compramos de media un 60 por ciento más de ropa que hace una década, pero solo llevamos una pieza entre siete y diez veces antes de tirarla.

 

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