¿REVISIONISMO O CENSURA?

DILEMAS ÉTICOS – Soraya Hernández – Revista Valors – https://valors.org

El movimiento Black Lives Matter ha provocado un debate sobre la necesidad de censurar, revisar o contextualizar productos culturales actuales o antiguos que hoy puedan ofender ciertas minorías.

El día que la plataforma de streaming HBO anunció que retiraba la película Lo que el viento
se llevó, los medios de comunicación se hicieron eco de un hecho sin precedentes. Las redes sociales sacaban humo hacia una acción que se consideraba censura. Y personajes del mundo del arte levantaron la voz para defender la tesis: nadie puede decidir qué es o no es correcto de ver.

A pesar de que la película norteamericana es considerada por la crítica como una de las mejores producciones de cine de la historia, HBO creía, en el marco del movimiento Black Lives Matter, que se tenía que retirar de su catálogo de manera cautelar, argumentando que se trata de una historia llena de estereotipos e imágenes que podían herir sensibilidades. Semanas más tarde decidieron volverla a subir, pero esta vez acompañada de una explicación contextual. Aunque muchas personas han visto este gesto como necesario, otros se preguntan: por esta regla de tres, ¿no se tendrían que contextualizar tantas y tantas obras de arte de contenido machista, hipersexualizado, violento, esclavista o racista hechas en cualquier momento de la historia?

No hace mucho también hemos sabido que los movimientos revisionistas han llegado a pedir la retirada de estatuas y monumentos dedicados a personajes considerados esclavistas o racistas. Por ejemplo, en Suecia, se ha pedido la retirada de la imagen del científico Carl von Linné, padre de la taxonomía biológica moderna, método a partir del cual se clasifican las especies, con el argumento que sus teorías ayudaron a los europeos a creer que los blancos son una raza superior, y, por lo tanto, instigó a la deshumanización de los negros.

De hecho, no todas las obras retiradas han sido de carácter histórico. La novela Persecució, del escritor Toni Sala y premio Crexells de este año, no será publicada en Estados Unidos. La editorial americana que había comprado los derechos ha renunciado porque en esta historia se asesina a una persona negra. Sala ha asegurado como el hecho de esconder la violencia hacia colectivos oprimidos o discriminados no hace más que crear un tabú hacia temas que ya normalmente no son cómodos de tratar.

Teniendo en cuenta que cada época tiene unas características culturales específicas y la producción científica y artística está impregnada de los relatos predominantes o hegemónicos, ¿hay que revisionar los contenidos y adaptarlos a la realidad actual? ¿Qué hace que la cultura posmoderna contemporánea sea considerada válida como marco de referencia? ¿Es ético pedir la retirada de obras de arte, novelas o películas porque tienen contenido que hoy en día nos parece reprobable? ¿Es ético censurar obras que no exponen una sociedad perfecta o pueden molestar a un colectivo concreto? ¿Estamos limitando el libre espíritu artístico?

Ante estos conflictos éticos tenemos la opción de entender que todo aquello pasado no siempre ha tenido en cuenta los derechos de las minorías o de colectivos históricamente oprimidos. Esto significa que las producciones artísticas pueden reflejar la normativa de la época sin querer decir que hoy se esté queriendo perpetuar un mensaje negativo. Una segunda opción es una contextualización o una explicación, la cual podría facilitar la comprensión y el revisionismo. Y, una tercera opción pasa por la censura, para sacar narraciones del mercado para evitar herir sensibilidades, aunque esto pueda suponer una pérdida de la libertad de expresión.

La pregunta, en los dos últimos casos, es: ¿y sólo se tiene que actuar ante el racismo porque ahora es visible? ¿Qué pasa con el sexismo o el machismo, no deberían tener la misma consideración? ¿Dónde están los límites?

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