DILEMAS ÉTICOS – Soraya Hernández – Revista Valors – https://valors.org

En Francia se han publicado listas de profesionales sanitarios especificando que son negros. ¿Es ético elegir el médico en función del color de la piel, la tradición cultural o el origen étnico?

En Cataluña se puede elegir el Centro de Atención Primaria donde se quiere ser atendido, aunque esto puede comportar dificultades en aspectos como la atención a domicilio. También se puede escoger el médico o pediatra entre aquellos que tengan disponibilidad de agenda. Los cambios de profesional pueden ser motivados por múltiples razones, como haber tenido algún problema en la comunicación o el trato, la recomendación de alguna persona conocida… Pero, ¿y si se eligiera en función del color de la piel, la tradición cultural o el origen étnico?

En Francia, con un contexto multicultural diverso, ha surgido la polémica. En las redes sociales circulan listas donde se especifica si los médicos y médicas son negros, puesto que una gran parte de la población no se siente cómoda cuando es atendida por facultativos blancos. Una cuenta de Twitter, gestionada por profesionales sanitarios, compartió una serie de nombres de ginecólogas negras de la región de París y publicó una oferta de trabajo solo por enfermeras negras. Ante las críticas se justificaron diciendo que son muchas las mujeres negras que han sufrido comentarios racistas, carencia de sensibilidad y de respeto hacia la identidad cultural en sus visitas al ginecólogo, normalmente hombre y blanco.

La solicitud de cambio está contemplada en la normativa y no hay ninguna prohibición para hacerla por razones étnicas. Dentro de las profesiones sanitarias hay opiniones polarizadas. La Orden Nacional de Médicos del país explicó a los medios que les parecía una opción que atentaba contra el laicismo y la no discriminación. Se argumenta que cualquier profesional respeta las diferencias y, por lo tanto, la demanda de cambio no tiene sentido por este criterio. De manera contraria, una asociación de médicos generalistas contempla las especificidades por razones culturales como importantes en los procesos de comunicación y toma de decisiones y, en consecuencia, avala poder encontrar a la persona que se puede adaptar a tus necesidades. Sea como fuere, hay un malestar general en la sociedad francesa que pone de relieve las dificultades de adaptación entre grupos de tradiciones diversas, así como las dificultades del sistema para dar respuesta a los procesos de aculturación.

Según los medios de comunicación, los motivos para escoger no siempre tienen que ver con las capacidades técnicas de los profesionales. Según muestran los datos, las mujeres suelen escoger mujeres. También el colectivo LGTB busca profesionales sensibles con su realidad que los puedan acompañar con conocimiento y se pueden encontrar listados. Incluso entre las personas obesas hay tendencia a buscar un perfil concreto.

¿Se puede aceptar no valorar sólo las competencias técnicas de un profesional a la hora de escogerlo? ¿Se tienen que poder valorar sus habilidades comunicativas o sus competencias culturales? ¿Es ético que el color de la piel o el origen se puedan usar como argumentos para el cambio? Entonces, si un paciente blanco no quisiera un profesional negro, ¿sería un acto racista? En contextos de gran diversidad social y cultural, las posibilidades de acercarse a la diferencia son múltiples. Se podría entender que tienen que ser los recién llegados los que se adapten al sistema sanitario del país de acogida, cambiando sus percepciones y constructos sobre salud, enfermedad, curas… También se puede proponer un mundo sanitario abierto, sensible con las especificidades, que cuente con profesionales formados (puesto que el hecho de tener el mismo color de piel u origen no tiene por qué ser garantía de conocimiento o sensibilidad) y mediadores. O, como pasa en Francia, dejar que los pacientes busquen a aquellos profesionales que les dan confianza y los tratan bien sin preocuparnos de por qué criterios se hace la elección final.