DILEMAS ÉTICOS – Soraya Hernández – Revista Valors – https://valors.org
En verano no siempre es posible cuadrar las agendas entre los trabajos de los adultos y las vacaciones de los niños. A veces, algunos padres optan por irse de vacaciones cuando les es posible, vayan o no los niños a la escuela.
La conciliación laboral es una utopía, a pesar de las diversas medidas que toma la administración pública. El contexto capitalista exige una dedicación casi exclusiva al trabajo, hecho que deja poco tiempo libre para el desarrollo personal. A la vez, las diferencias impuestas entre hombres y mujeres a través del género hacen que recaiga sobre las madres trabajadoras una mayor responsabilidad en el cuidado familiar y la gestión del hogar. El espacio para el ocio y el autocuidado disminuye drásticamente. Durante el periodo de vacaciones, la situación no mejora: el ajuste entre los horarios y el calendario de vacaciones de los padres y las vacaciones escolares de los hijos se convierte en un rompecabezas. No siempre es posible que las familias compartan las vacaciones, y tienen que hacer malabares para poder hacer actividades de manera conjunta. Así es como algunos padres optan por pasar tiempos con los hijos, sea en casa o yéndose de viaje a pesar de que el curso escolar ya haya empezado, y esto implique una ausencia importante en las horas lectivas obligatorias. Una decisión controvertida, puesto que la escolarización es obligatoria en muchos países y priva a los niños de un derecho básico. A pesar de que, por otro lado, les ofrece la posibilidad de estar con los padres y hacer actividades que, de otro modo, no serían posibles. ¿Hay que facilitar estos espacios en familia o preservar el derecho de los menores?
En Suiza lo tienen claro. El derecho de los menores tiene categoría de ley y ningún niño no tendría que faltar en la escuela si no hay una causa de peso, muy justificada. Es por eso por lo que han condenado una madre a pagar una multa de mil euros por llevarse su hija de vacaciones en horario escolar. Según han compartido medios suizos, la madre tenía vacaciones a principios de 2023 y pidió a la escuela una autorización para que su hija de catorce años la pudiera acompañar de viaje. Alegó que no disponía de ningún otro momento para hacerlo y que había encontrado mejores precios (era temporada baja).
El centro estudió la solicitud, pero resolvió que no eran motivos suficientes para que la chica perdiera clases: su hija ya había faltado, de manera justificada, muchos días, y en el periodo en que no asistiría, había exámenes importantes programados. Además, la alumna no tenía un buen rendimiento académico, por lo cual faltar una semana podría implicar un retraso en la adquisición de conocimientos.
A pesar de las explicaciones de la institución, la madre se llevó a la hija de vacaciones, y la escuela notificó a las autoridades competentes su ausencia injustificada. Este año, el tribunal de Winterthur se ha pronunciado, ha considerado que la madre actuó en contra de los derechos de la chica, y la ha condenado a pagar una multa. No es la primera vez que el país condena unos padres por esta razón.
En 2023, ya impuso una multa similar a otra familia por el mismo motivo. También en el Reino Unido se han dado casos similares.
¿Es ético que unos padres priven a sus hijos de la escuela para llevárselos de vacaciones? ¿Tiene que ser un juez quien decida sobre la gestión del tiempo de una familia?
Las leyes que protegen el derecho a la escolarización de los menores tienen en cuenta la posibilidad de faltas justificadas, normalmente relacionadas con motivos de salud. Son flexibles también ante causas de fuerza mayor que puedan implicar dificultades organizativas en las familias. Por lo tanto, no se tendrían que permitir otras faltas, puesto que los alumnos tienen vacaciones anuales distribuidas; es responsabilidad de los padres adaptarse a la norma y hacer concesiones crearía desigualdades importantes. A pesar de esto, se podría tener en cuenta el contexto social que impide de manera sistemática la conciliación y ser flexibles en situaciones muy justificadas y puntuales en que se dé la oportunidad de un viaje o una actividad realmente provechosa para los niños.