¿ENFERMOS DE FUERA TIENEN QUE PODER USAR NUESTRA SANIDAD PÚBLICA?

DILEMAS ÉTICOS – Soraya Hernández – Revista Valors – https://valors.org

Muchas personas dejan sus países, donde no hay recursos o el sistema sanitario es privado, para venir a Cataluña y disfrutar de un abanico de posibilidades terapéuticas, fenómeno que provoca una sobrecarga al sistema público.

La salud se puede definir de muchas maneras y, según la tradición cultural, se puede conceptualizar y entender en multiplicidad de formas; pero los determinantes sociales de la enfermedad también son una realidad que influye. El lugar de nacimiento, las condiciones de vivienda, la situación económica y el entorno relacional son aspectos que determinan la posibilidad de tener una buena salud y, en caso de enfermedad, las opciones de cuidado. La disparidad de tratamientos en todo el mundo y las condiciones de acceso al sistema sanitario o a tratamientos específicos representan un mosaico de desigualdad.

Así, muchas personas se van de sus países de origen, donde hay carencia de recursos o el sistema sanitario es privado y no lo pueden pagar, y buscan disfrutar de las posibilidades terapéuticas “gratuitas” de España. El denominado turismo sanitario genera una sobrecarga al sistema catalán de salud, y por eso se plantean medidas que limiten la entrada; ahora bien, ¿es ético negar la asistencia sanitaria?

Se ha publicado en los medios de comunicación que, durante los últimos años, se ha detectado la llegada masiva de familias procedentes de Perú con un hijo enfermo de cáncer, cuando las condiciones familiares no permiten el seguimiento médico (distancia con el centro de salud, precio de los tratamientos, etc.), o se da una situación paliativa, o bien los facultativos los orientan hacia los hospitales pediátricos de Barcelona, como por ejemplo Vall de Hebrón o San Juan de Dios. Es en estos centros donde se llevan a cabo tratamientos de última generación o ensayos clínicos innovadores. Las familias venden sus propiedades o hacen campañas en las redes sociales para conseguir el dinero para el viaje. Una vez en urgencias del centro sanitario, se desvelan situaciones de extrema precariedad y una doble expectativa: que el hijo se cure y que el sistema les cubra todas las necesidades. Y no siempre es así.

Los profesionales sanitarios, la administración de Barcelona y la embajada del Perú expresan tensión de la cartera de servicios del ámbito social con ocupación de alojamientos pensados para pacientes españoles.

También se llega a hablar del alto gasto sanitario y del agravio comparativo con otros pacientes internacionales que cumplen la normativa y pagan sus tratamientos a través de la vía privada. Además, se trata de familias que llegan al completo, con otros menores a cargo. Y como son procesos largos que piden que los adultos tengan cuidado de los niños enfermos, también se dificulta la posibilidad de inserción laboral. Las instituciones han empezado a plantearse las dificultades que implica atender este perfil de paciente y se han iniciado conversaciones para valorar opciones que limiten la llegada de estos niños, aunque hay miedo por si se considera discriminación y/o racismo. ¿Es ético intentar limitar el acceso de niños enfermos de otros países al sistema sanitario catalán o español? ¿Qué opciones hay ante esta situación compleja donde se contraponen tantos principios éticos?

No hay duda de que el control de la inmigración pediría cambios drásticos en la normativa actual. Habría la opción de pedir, como se hace en otras comunidades autónomas, un tiempo de estancia en el país antes de poder usar el sistema sanitario. O supervisar los motivos del viaje para pedir un mínimo económico que asegure la subsistencia de la familia. También se podría aceptar que lleguen sin ningún tipo de obstáculo, pero repartir los pacientes por todo el territorio para intentar evitar el colapso de los recursos, revisar de manera exhaustiva la situación económica de cada caso para favorecer la justicia social a la hora de repartir los recursos, regular la situación de los adultos para asegurar la inserción laboral…

¿Y vosotros, como lo veis? ¿Se tendría que ser más restrictivo con el turismo sanitario?

 

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