Fragmento de LOS BENEFICIOS DE PRESENCIAR ACTOS DE BONDAD 

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Presenciar actos de bondad tiene un gran poder sobre las personas. Las acciones completamente altruistas y desinteresadas provocan en quienes las ven sentimientos de paz y sosiego que, por sobrevenir de forma inesperada, quedan grabadas y perduran.
Presenciar un acto de bondad auténtica transmite un sentimiento de paz y alegría que perdura. Algunos de estos actos, aun siendo aparentemente insignificantes, pueden quedar en nuestra memoria y resultar inspiradores en momentos difíciles.
Cuando somos testigos de un acto de bondad podemos estar asistiendo a lo que Abraham Maslow llamó “experiencias cumbre”, esos momentos de asombro, maravilla y un sentido de lo correcto que nos hacen sentir inmensamente agradecidos  de estar vivos.
Fe renovada en la naturaleza humana. Jonathan Haidt llama a estas experiencias “euforia” y las describe como una sensación de calor en el pecho, una sensación de expansión en el corazón, un mayor deseo de ayudar y un aumento del sentido de conexión con los demás.
El altruismo nos hace más humanos. El sentido de conexión mencionado por Haidt es importante. El altruismo trasciende la separación que a menudo experimentamos como seres humanos. Nos conecta entre nosotros. De hecho, solo es posible el altruismo puro porque, al nivel más profundo, todos los seres humanos son parte de la misma red de la conciencia.
La persona que realiza un acto altruista seguramente será el destinatario de otro acto de bondad. Y cuando somos testigos de ese acto también nos convertimos en parte de la red. Es decir, los actos de bondad tienen efectos positivos en tres vías: el que lo hace, el que lo recibe y el que lo presencia.

 

Fragmento de ¿CÓMO PUEDE BENEFICIARNOS PRACTICAR LA BONDAD?

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La bondad es considerada el punto más elevado de inteligencia. Ser bondadoso con las demás personas también es serlo con uno mismo. De ahí que no haya más beneficio para los demás que ser bondadoso, un beneficio colectivo y cooperativo. Algo que se aleja totalmente del individualismo competitivo y narcisista. Acercar nuestra mente a la de otras personas se considera un sinónimo de inteligencia emocional y es por lo que podemos hablar de bondad y de inteligencia al mismo tiempo.
Cuando somos bondadosos con otras personas somos capaces de entender que esto generará un beneficio para todos a largo plazo. Sabemos que cultivar buenas acciones nos traerá algo bueno también a nosotros en el futuro. Si todos practicásemos la bondad altruistamente el mundo sería mucho mejor, porque alguien (en un momento u otro) también la practicaría con nosotros.

 

Los beneficios de ser buena persona

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