EL ZORRO QUE LLENÓ LA BARRIGA
Un zorro hambriento encontró dentro de un tronco de una encina unos trozos de carne y de pan que unos pastores habían dejado escondidos en un agujero. Y entrando por este agujero, se los comió todos.
Pero de tanto que comió se le agrandó la barriga de tal forma que no pudo salir. Empezó a gemir y a lamentarse del problema que había tenido.
Por casualidad pasó por allí otro zorro, y sintiendo los gemidos se le acercó y le preguntó qué le sucedía. Y cuando el zorro se lo hubo explicado, le dijo:
– Pues estés tranquilo hermano hasta que vuelvas a tener la misma forma que tenías, entonces ¡seguro que podrás salir fácilmente y sin problema!
(Con paciencia se resuelven muchos problemas).
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