TRABUCAIRES : ¿REPRESENTACIÓN BÉLICA O TRADICIÓN POPULAR?

DILEMAS ÉTICOS Soraya Hernández – Revista Valors – https://valors.org

(Trabucaires: Personas que manejan un trabuco, en catalán)

Las tradiciones culturales se convierten en un punto de unión y expresión que refleja la identidad de una comunidad. Ahora bien, ¿las tradiciones de raíces bélicas se puede decir que chocan con la cultura de la paz? ¿O no hay para tanto?

Los Trabucaires de Esplugues de Llobregat, una localidad cerca de Barcelona, se encuentran hoy en medio de un embate con el Ayuntamiento de la ciudad. Los trabucaires –personas que mediante el trabuco, una arma de fuego actualmente ornamental, entretienen en fiestas y actos– son parte de la cultura catalana y están incluidos en el Catálogo de Protección del Patrimonio Festivo de Cataluña.

Esto es así porque recuerdan la hermandad ante los desafíos bélicos, la celebración de las victorias ante el opresor y simbolizan una manera de echar los espíritus y fuerzas malignas mediante el ruido y el humo. Su presencia en fiestas mayores y acontecimientos populares es reconocida en todo Cataluña. Y, así pues, esperaban poder actuar una más en las fiestas de Sant Mateu de Esplugues.

Qué gran sorpresa recibieron cuando fueron informados de que este año no serían bienvenidos. El consistorio ha recurrido a varios argumentos para defender su negativa a permitir las actuaciones de los trabucaires durante la fiesta mayor. Algunos de estos motivos se basan en preocupaciones logísticas y de seguridad.

El Ayuntamiento ha señalado que hacía falta una ambulancia medicalizada en caso de emergencia durante las actuaciones y que, como que no era posible asegurarla, no se podría proteger al público presente en caso de accidente.

Por otro lado, el consistorio ha expresado la preocupación por el ruido generado por las explosiones de los trabucos, que podría afectar negativamente los residentes y las personas con autismo. Además de los argumentos prácticos, el Ayuntamiento de Esplugues también ha manifestado su opinión basándose en una consideración más simbólica. Considerando el pueblo como una “ciudad de paz”, las autoridades locales han manifestado su preocupación por el simbolismo bélico asociado con las armas.

¿Es ético borrar tradiciones con raíces marciales cuando ahora ya solo son alegorías en espacios considerados “libres de violencia”? Para preservar el bienestar de las personas enfermas o con necesidades especiales ¿hay que dejar de lado actividades populares que disfruta la mayoría? ¿Pueden coexistir las tradiciones cocinadas en otros contextos históricos con las normas cívicas y valores actuales?

Una opción podría ser mantener la expresión artística tal como ha estado siempre, intentando proveer de seguridad a los presentes y buscando alguna manera de proteger las personas y animales que pueden sufrir con el ruido y el humo: hacer el espectáculo en espacios poco habitados, por ejemplo.

Así, la tradición se respeta, perdura, se mantiene en el tiempo y recuerda la vida y costumbres de los antepasados de una tierra que tiene una cultura para preservar ante la fuerte influencia de la aculturación y la asimilación.

Otra, que es la que parece que el Ayuntamiento quiere imponer, es la prohibición total del acto sin prever las consecuencias de una decisión que corta de cuajo una tradición querida que forma parte de la identidad del pueblo catalán.

Finalmente, los políticos podrían trabajar en establecer un diálogo continuo con los trabucaires y otras partes interesadas para encontrar una solución mediante, quizás, incluso, la mediación.

Por lo tanto, una última opción seria, a partir de compromisos mutuos, asegurar que algunas actividades populares se mantengan: se podrían incluir espectáculos teatrales o recreaciones históricas que no conlleven usar armas o hacer un ruido excesivo. Así perduraría la esencia, habría una evolución cultural y todo sin perturbar la paz comunitaria.

¿Y vosotros, como lo veis?

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