Según dicen desde la ONG Cáritas, su misión es “acoger y trabajar con las personas en situación de pobreza y necesidad para que sean protagonistas de su propia liberación, desde el compromiso de la comunidad cristiana. Incluye la acción social, la sensibilización de la sociedad y la denuncia de las situaciones de injusticia social”.
Su misión, pues, es ayudar a estas personas a salir de la situación de sufrimiento en la cual están atrapadas y ofrecerles herramientas y recursos para que se sientan más confiadas y seguras y puedan liderar por sí mismas su proyecto de vida. Y, por lo tanto, además de la tarea asistencial y de promoción de la persona pobre, hacen acciones de prevención que eviten que personas que se encuentran en situación de riesgo de exclusión social, residencial, laboral o por temas de salud, acaben en la exclusión social.
Cáritas está presente en todas las ciudades y pueblos de España, y su principal capital no es el elevado volumen de recursos económicos que maneja, sino las personas voluntarias que desarrollan su compromiso desde las comunidades parroquiales y los proyectos especializados.
Por ejemplo, durante el año 2013, las Cáritas de toda España invirtieron más de 291 millones de euros en programas y acciones de acompañamiento a las personas más empobrecidas, atendiendo y construyendo oportunidades para 2.513.563 personas en España y 2.509.772 personas en los países del Sur (principalmente Latinoamérica).
Durante el mismo año, 78.017 personas participaron como voluntarios, más 4.171 personas como trabajadores remunerados, en los 7.194 centros con que cuenta Cáritas.
De estos 78.017 voluntarios, 11.452 son de Cataluña (la segunda autonomía en número de voluntarios, después de Andalucía) y de los 4.171 contratados, 375 son catalanes (la tercera autonomía en número de contratados, después de Castilla-León y Andalucía).
Los voluntarios van aumentando año tras año, mientras que los contratados se mantienen.
De los 291 millones de euros invertidos, 69 se dedicaron a acogida y asistencia, 36 a ocupación, 28 a gente mayor, 28 a cooperación internacional, 23 a familia e infancia, 21 a personas sin hogar, etc.
De estos 291 millones de euros, 218 (el 75%) fueron aportaciones privadas (particulares y empresas) y 73 (el 25%) aportaciones de administraciones públicas.
Los recursos captados e invertidos han aumentado de 200 millones en 2007 (año pre-crisis) a 291 en 2013, lo que equivale a un incremento del 45% a pesar de la crisis. Las aportaciones privadas durante este periodo han aumentado un 81% (de 121 a 218 millones), mientras que las públicas han disminuido un 8% (de 79 a 73 millones).
Las personas que pidieron servicios de acogida y atención primaria a Cáritas desde España en 2007 fueron unas 350.000, mientras que en 2013 fueron más de un millón.
Para contactar con la ONG:
Cáritas Madrid tel. 914 441 000
Cáritas Catalunya tel. 934 126 864
(Información tomada de Cáritas).
DATOS SOBRE LA ACTUAL POBREZA SOCIAL Y SUS CAUSAS, SEGÚN CÁRITAS (2013)
Tanto Cáritas como todas las demás entidades dedicadas a la asistencia social están totalmente desbordadas, puesto que no disponen de suficientes recursos para satisfacer las necesidades más básicas que se les piden.
Cáritas Española, como buena conocedora de la situación real, en octubre del 2013 presentó el VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social en España donde dice, entre otras cosas (las cuales no han gustado nada al gobierno central, puesto que pone de manifiesto una alarmante situación de pobreza nacional que éste no quiere o no le conviene reconocer):
– Que nuestro modelo económico se caracteriza por un comportamiento contra cíclico de la desigualdad en la renta, que aumenta cuando hay recesión, pero que no reduce las diferencias cuando se registra una expansión económica.
– Durante los últimos años se ha producido un proceso de empobrecimiento de nuestra sociedad, afectando especialmente a las personas y familias más vulnerables: con baja intensidad laboral, inmigrantes extracomunitarios, hogares monomarentales, personas sin hogar.
– La pobreza severa (con ingresos inferiores a 307 € al mes) llega ya a 3 millones de personas (el doble de los que estaban en esta situación antes de la crisis).
– Asistimos al incremento de la cronicidad, constatado en el aumento de los parados de larga duración (3,5 millones de personas con más de un año de paro y 2 millones con más de 2 años), con una especial incidencia en los mayores de 50 años. Esta situación afecta no sólo a la economía de las personas sino también a las relaciones sociales (familia, amigos y vecinos) y al horizonte vital de las personas (percepción de que la situación va a peor, pérdida de esperanza, etc.).
– Se incrementa la desigualdad en España, con el valor más alto de toda Europa: el 20% de la población más rica concentra 7,5 veces más riqueza que el 20% más pobre.
– Esta tendencia corre el riesgo de verse incrementada por:
– El elevado nivel de paro.
– La pérdida de capacidad adquisitiva de la población (descenso de la renta media desde 2007 alrededor del 4% y aumento de los precios alrededor del 10%).
– Debilitamiento de las políticas sociales y recortes progresivos de derechos que nos igualaban como ciudadanos y que cumplían una función de redistribución de la riqueza (sanidad, educación y ayudas y prestaciones sociales).
– Existen necesidades básicas (alimentación, gastos relativos a la vivienda, ropa y calzado…) que no están cubiertas desde nuestro modelo de bienestar.
– Aquellas personas la situación de las cuales les impide cubrir por sus propios medios estas necesidades, están obligadas a recurrir a la familia o a entidades sociales de carácter privado buscando ayuda.
– Asistimos al riesgo de desbordamiento de la familia, que sigue siendo la primera estrategia de supervivencia para hacer frente al impacto de la crisis. El empeoramiento de la situación económica (por culpa del paro y el endeudamiento), el agotamiento emocional y la pérdida de la vivienda son los factores más críticos de este desbordamiento de la función protectora de la red familiar.
– La desprotección social de las personas y familias más vulnerables, como la carencia de recursos y de ayudas para hacer frente a las necesidades básicas y urgentes, está agravada porque se han restringido las condiciones de acceso a derechos como la sanidad, la educación, los servicios sociales y la dependencia.
– Algunos cambios en las políticas sociales tienen consecuencias negativas directas sobre las personas más vulnerables:
– El cambio en el sistema de prestaciones sanitarias y el grado de coberturas comporta un aumento de los gastos en medicamentos, situaciones de desatención sanitaria, el abandono de tratamientos médicos, miedo y estrés en inmigrantes en situación de irregularidad.
– El cambio en la financiación del sistema educativo comporta el aumento del gasto en educación, el acceso restringido a becas para estudios, la carencia de atención a necesidades educativas especiales, situaciones de desigualdad.
– Respecto a los servicios sociales públicos, se constata que los retrasos en la tramitación, el endurecimiento de los requisitos de acceso a servicios y prestaciones y la reducción presupuestaria (recortes) son los tres impedimentos de este proceso de desprotección.
– Aunque los primeros efectos de la crisis económica fueron amortecidos por las prestaciones por paro y por la ayuda de las familias, el agotamiento de las ayudas económicas, la prolongación de las situaciones de paro, las políticas de ajuste y sus recortes, unidos a las dificultades de las familias, han creado un caldo de cultivo para la irrupción de una segunda oleada de empobrecimiento y exclusión social con efectos más intensos.
– Desde que se inició la crisis, Cáritas ha triplicado tanto el número de personas atendidas como los recursos económicos que les ha destinado.
– En cuanto al perfil de las personas “acompañadas” por Cáritas, las mujeres siguen siendo el rostro más visible de las situaciones de pobreza y exclusión; se registra un elevado número de parados, que han pasado de ser “recientes” a ser de “larga duración”; numerosas parejas jóvenes y con hijos se han encontrado muy afectadas, como también mujeres solas con familiares a su cargo; personas donde la intensidad laboral de su hogar es muy baja; los ciudadanos extracomunitarios…
(HAY UN VÍDEO INSTITUCIONAL DE CÁRITAS EN EL TEMA 03.12.)
Sin instituciones como Cáritas no sé qué haríamos para paliar las situaciones de desigualdad social, hambre, exclusión residencial y social.
Gracias Cáritas!! gracias a tantos voluntarios.