Una de las más grandes y extendidas muestras de solidaridad familiar hoy en día es la que dan los abuelos teniendo cuidado de sus nietos.
Normalmente, la actual generación de abuelos al jubilarse no se tiene que preocupar más de la cuestión económica, por lo que suele dejar de trabajar totalmente, disponiendo de mucho tiempo, de una larga esperanza de vida, de una notable salud y de una buena vitalidad física, que en generaciones anteriores no pudieron disfrutar.
El nacimiento de un bebé transforma completamente el día a día de un hogar. A los compromisos y responsabilidades ya existentes, se suman otros muy diferentes: el de educar a los pequeños de la casa, y acompañar su desarrollo y crecimiento. Los placeres de tener un bebé son muchos, pero no se puede ignorar que el trabajo aumenta.
En muchas familias, conciliar trabajo, casa, economía e hijos es una tarea que requiere mucha habilidad y, en algunos casos, sacrificios.
La llegada de un bebé no sólo transforma la vida de los padres, sino también la de muchos abuelos. Poder contar con ellos es un recurso muy valioso. La presencia de los abuelos es un consuelo y un alivio para las familias que crecen.
La actual situación de crisis económica, así como los recortes sociales que ha comportado, han puesto en evidencia que muchos abuelos se han convertido en el colchón protector de muchas familias jóvenes afectadas, permitiéndoles en algunos casos mantener un cierto nivel de vida y, en otros, posibilitándolos incluso la subsistencia.
Hoy en día muchas familias, debido a las obligaciones laborales tanto del padre como de la madre, tendrían muchos problemas para cuidar a sus hijos si no fuera por la ayuda de los abuelos. Pero el papel de los abuelos en la educación del niño va mucho más allá del que podría dar una canguro. Su presencia influye en el desarrollo emocional del niño, le muestra otras perspectivas y, con frecuencia, le ofrece un trato más sereno y menos angustiado que el que suelen darle los padres. Los abuelos pueden aportar tiempo, paciencia, experiencia, tolerancia, etc. y un sentimiento de familia extensa, de estirpe, de tener unas raíces que vienen del pasado.
Qué pueden aportar los abuelos a los padres:
- Mucho apoyo y consejos, frutos de su experiencia, para tener cuidado del bebé y, más adelante, de éste cuando se va haciendo mayor.
- Tener cuidado de los niños cuando los padres no pueden hacerlo como, por ejemplo, recogiéndolos del colegio, llevándolos a las actividades extraescolares, velándolos cuando se ponen enfermos, llevándoselos a dormir a casa cuando los padres tienen que salir o ir de viaje, etc.
- Ayudar en la educación de los niños, enriqueciendo la comunicación entre padres e hijos y, si hace falta, intentando apaciguar las dos partes cuando se presenta un conflicto.
- Contribuir con su experiencia en momentos de crisis familiar y, si hace falta y se puede, ayudándolos económicamente o de cualquier otra manera.
- Apoyar al padre o la madre divorciados.
- Etc.
Qué pueden aportar los abuelos a los nietos:
- Muchos sentimientos apropiados, buenos consejos y conocimientos que adquirieron en el transcurso de sus vidas.
- Los abuelos transmiten costumbres, historias y valores familiares, así como otros elementos culturales, manteniendo los vínculos entre generaciones.
- También transmiten valores de ayuda y respeto a la otra gente mayor, puesto que los nietos respetan a sus abuelos.
- A muchos niños les encanta estar con sus abuelos por diferentes y variadas razones: algunos porque junto a los abuelos no hay tantas órdenes ni obligaciones; otros porque pueden hacer cosas diferentes con ellos: comer lo que quieren, ir al parque, en definitiva… sentirse más libres; pero a la mayoría de niños les gusta también porque realmente quieren a sus abuelos.
- La síntesis entre la experiencia, la distancia generacional, la permisividad y la excepcionalidad acostumbra a generar admiración en los nietos, que idolatran sus abuelos, de quienes aprenden otra manera de ver y vivir el mundo.
- Los abuelos suelen ocupar un lugar destacado en la vida del niño, en su infancia, e influyen poderosamente en su desarrollo emocional. No hay que extrañarse, por lo tanto, que en el mundo infantil estén tan presentes.
- Etc.
Qué pueden aportar los nietos a los abuelos:
- La relación de los abuelos con sus nietos es siempre muy enriquecedora para las dos partes, también para los abuelos. Uno de los muchos ejemplos de esto es que los abuelos pueden aprender con sus nietos algunas de las nuevas tendencias y tecnologías como la utilización de un móvil, un ordenador, etc., acercándose más a las nuevas generaciones.
- Tener cuidado de los nietos también es útil a los abuelos en la medida que representan una inyección de vitalidad y energía en un momento en que los años pueden empezar a pasar factura.
- Los nietos también acercan de alguna manera a los abuelos con sus hijos, porque a partir de su nacimiento la relación entre los abuelos y los padres cambia y pasa a ser de igual a igual, de padres a padres.
- Para los abuelos, también es muy beneficioso porque se sienten más útiles, más considerados y más valorados por sus hijos.
- Etc.
Qué tendrían que tener en cuenta los abuelos:
- Reforzar siempre los criterios educativos de los padres, dejando de lado los suyos, puesto que las generaciones de padres e hijos son diferentes y, por lo tanto, también lo son los criterios educativos vigentes.
- No hacer o decir nada que pueda deteriorar la imagen de los padres.
- No querer estar nunca en primera línea. Por lo tanto, nada de protagonismos excesivos, si no deseo de servir y pasar desapercibidos si así hace falta.
- Máximo respecto a la unidad familiar que forman sus hijos, con toda la consideración al esposo o esposa de sus hijos, queriéndoles y mostrándoles el afecto con detalles.
- No interferir nunca cuando los padres están regañando.
- Si se quieren hacer regalos a los nietos, pedir permiso a los padres.
- Los abuelos tienen que tener cuidado de los nietos sin sobreprotegerlos. Tienen que saber establecer las diferencias entre las manifestaciones de aprecio lógicas y las que pueden llevarlos a ser malcriados.
- La casa de los abuelos estará siempre abierta para sus nietos, y tienen que procurar que sea un lugar agradable. Lo cual no quiere decir que no se exijan algunas normas de convivencia de las que los padres no se tienen que desentender.
- Tendrán que saber disponer de tiempo para crear lazos afectivos con sus nietos, jugando con ellos, etc., sin perder nunca la paciencia.
- Los abuelos tienen que “estar cuando hacen falta” pero también tienen que saber “no estar de más” en otras ocasiones. Es fundamental no inmiscuirse demasiado en la vida de los hijos.
- Es muy importante tener en cuenta que los hijos, ahora convertidos en padres, son los que tienen que tomar las decisiones en relación a sus hijos y no los abuelos, aunque también sean sus nietos.
- Los abuelos también tienen que saber decir “no” a los padres cuando haga falta. Tienen que saber medir sus fuerzas y ser conscientes de su situación personal. Hay abuelos que creen que pueden con todo y al final esto les pasa factura física y psíquicamente. Para evitar estas situaciones, tienen que hablar con naturalidad con sus hijos.
- Es conveniente que los abuelos tengan su propia vida al margen de los hijos y nietos, y que sigan disfrutando de sus ratos de ocio.
- Etc.
Obligaciones de los padres hacia los abuelos:
- Es de vital importancia que los padres, desde que los niños son muy pequeños, inculquen el amor y el respeto hacia sus abuelos, como las personas insustituibles que serán en su proceso de formación.
- Los abuelos pueden ser un valioso puntal para los padres teniendo cuidado y dando buenos ejemplos a los nietos, pero no tiene que recaer sobre ellos la responsabilidad de educarlos, que corresponde principalmente a los padres, eso sí, con la ayuda de todos. Hay una importante diferencia entre el papel de ser padres y el de ser abuelos. Por ejemplo, es normal que los abuelos, en ausencia de los padres, concedan algunos caprichos a los nietos y se salten algunas reglas que los padres no osarían saltarse. Los abuelos no están para educar los nietos, sino para ayudar y darles afecto.
- Los padres tienen que saber ver cuáles son los límites de los abuelos en su dedicación a los nietos.
- No tienen que delegarles excesivas tareas ni hacerles más responsables de lo estrictamente necesario y conveniente.
- La línea divisoria puede ser aquella en que los abuelos dejan de disfrutar de su dedicación a los nietos y lo ven ya como una obligación que les causa una cierta angustia. Una cosa es que los abuelos disfruten de los nietos, a pesar de ayudar a los hijos, y otra es que se sientan utilizados por los hijos.
- El cuidado de los nietos se convierte en un problema cuando es una obligación a tiempo completo para los abuelos, sin que estos puedan hacer todas sus actividades diarias o se puedan realizar personalmente, puesto que la mayoría de abuelos que se encargan de sus nietos son jubilados con planes para tener más tiempo libre para ellos mismos y hacer las cosas que anteriormente no han podido hacer.
- Si se sobrepasan estos límites, que hay que saber encontrar y delimitar, puede pasar que se resienta la calidad de vida y salud de los abuelos, que ya no tienen la misma energía que antes, y les provoque un cansancio físico o un estrés psicológico volver a ser “padres” de sus nietos.
- Hay abuelos cuya máxima aspiración es dedicar su tiempo a tener cuidado de sus nietos, pero hay otros que desean dedicar su tiempo libre, ahora que lo tienen, a disfrutar de las aficiones y actividades que no pudieron ejercer cuando eran más jóvenes. Esto se tiene que respetar y dejarles hacer, puesto que tienen todo el derecho sobre su tiempo libre y su propia vida.
- Hay abuelos que puede ser que tengan menguadas sus fuerzas y que, por lo tanto, sea muy agotador para ellos tener cuidado de sus nietos, aunque no lo digan. Se han de saber detectar estos casos y liberarlos de cualquier esfuerzo no conveniente hacia los nietos.
- Todos los abuelos necesitan disfrutar a menudo de sus nietos (y los nietos de sus abuelos). Por lo tanto, en aquellos casos en que los abuelos no pueden tener nunca cuidado de sus nietos, por la razón que sea, los padres no tienen que ahorrar esfuerzos para que se puedan encontrar a menudo y disfrutar mutuamente de su compañía.
Por lo tanto, contar con la ayuda y participación de los abuelos en la educación de los hijos aporta ventajas para todos: los abuelos se sienten más útiles y valorados, los padres más tranquilos, y los nietos encantados.