DILEMAS ÉTICOS – Soraya Hernández – Revista Valors – https://valors.org
En el servicio de un pequeño hospital solo hay un equipo para atender paros cardíacos. La posibilidad de dos ataques de corazón a la vez parece remota, pero una noche dos pacientes lo sufren y el equipo médico tiene que escoger entre los dos. ¿Cómo lo harán?
Se presenta hoy un dilema duro que nos hará reflexionar sobre la utilización de los recursos, cuando estos son limitados. En este sentido, está relacionado con el actual problema de los medicamentos para la hepatitis C, o como sucedió con las primeras máquinas para la diálisis. ¿Quién puede acceder? ¿Solo las personas con recursos económicos? ¿Qué criterios se deben tener en cuenta para decidir atender a uno u otro paciente?
Jordi y Miquel ocupan habitaciones contiguas en un pequeño hospital. Jordi tiene 33 años, es discapacitado psíquico y hace 25 años que se encuentra institucionalizado con poco contacto con su familia. Es mínimamente autónomo, hace varias actividades y cuida de la propia higiene. Pero una enfermedad a los 26 años lo dejó incontinente y con problemas de movilidad. Se encuentra en el hospital por una infección grave respiratoria.
Miquel tiene 50 años, está casado, tiene hijos, es abogado y se encuentra plenamente integrado en su comunidad, donde hace de voluntario en la iglesia. Ahora se encuentra ingresado también por una infección respiratoria. Una noche, Jordi sufre un paro cardiaco y al cabo de pocos minutos Miquel también. El servicio donde se encuentran tiene un equipo humano y tecnológico para atender este tipo de problema y por culpa de la urgencia tienen que actuar con mucha rapidez y escoger a quién de los dos atiene primero mientras llegan los refuerzos de otro servicio. ¿A quién de los dos tendría que atender primero el equipo? ¿Qué criterios se deben tener en cuenta para tomar esta decisión?
Nos encontramos con un caso complicado, que no tiene unas líneas claras de actuación con las cuales guiarse como nos ha pasado hasta ahora. No hay unas leyes o unos protocolos que digan quién tiene preferencia. El equipo médico de guardia solo tiene la información personal sobre los pacientes que les puede aportar en aquel mismo momento el equipo de enfermería, pero, de hecho, recibir esta información podría hacer que el equipo no fuera objetivo. Y no hay tiempo para acudir al Comité de Ética Asistencial, tan necesario en casos como este. Entonces, ¿qué pueden hacer los sanitarios ante esta decisión que hay que tomar en pocos segundos?
Si tienen en cuenta solo criterios médicos, los dos necesitan el equipo de atención urgente y la decisión tiene que basarse en otros aspectos. El equipo puede escuchar las historias personales de ambos pacientes y tomar la decisión en función de quien puede aprovechar más su vida si recibe la asistencia sanitaria urgente. Esta decisión haría que atendieran primero Miquel, por no ser discapacitado, tener familia, un trabajo… Ahora bien, en este caso, se podría pensar que hay una discriminación hacia Jordi. Si deciden atender Jordi, podrían sentir que están alargando la vida de una persona que tarde o temprano sufrirá más problemas de salud. Pero no pueden saber si esto también le sucedería a Miquel.
Solamente por esta vez explicaré el desenlace del caso. El equipo decidió atender Jordi porque, al fin y al cabo, fue el primero en tener el ataque. Miquel murió. Jordi se recuperó e incluso, con rehabilitación, recuperó algunas de las actividades básicas de la vida diaria. La familia de Miquel denunció al hospital creyendo que su familiar tenía «más derecho a vivir». ¿Qué opináis? ¿Qué habríais hecho en este caso? Si ninguno de los pacientes hubiera estado discapacitado, ¿habría sido más fácil o difícil decidir?