(Por Juan Barreto – Correo del Orinoco – Venezuela)
El Intercambio Solidario constituye un sistema que no necesita la intervención de intermediarios y favorece el intercambio de productos, servicios y saberes entre la gente (o también llamados “prosumidores», unión de productores y consumidores, así se subraya la no diferenciación de las funciones del intercambio). Un elemento fundamental del intercambio solidario es la vinculación entre producción y consumo, con el fin de contribuir al despegue de capacidades productivas muchas veces no reconocidas socialmente. La lógica del intercambio solidario difiere radicalmente de la lógica del mercado capitalista, puesto que promueve el reemplazo de la competencia, el lucro y la especulación a cambio de la reciprocidad entre las personas, la orientación hacia valores solidarios, identitarios y ecológicos.
Puede haber el intercambio directo, que permite el intercambio simultáneo de productos, bienes o servicios de valor equivalente, o el intercambio multi recíproco, que facilita el intercambio entre muchas personas, en diferentes momentos, con productos de diferente valor. Lógicamente, esta segunda modalidad no requiere la coincidencia de necesidades entre dos personas o la equivalencia del valor de los productos, servicios o saberes objeto del intercambio. Desde el gobierno se ha apoyado el desarrollo de esta segunda modalidad, que requiere mayor logística y de mayor participación, puesto que posibilita resolver las limitaciones del intercambio directo mediante el uso de una moneda comunal, emitida y administrada por los mismos prosumidores. La circulación de la moneda está restringida a cada sistema (comunidad o grupo de comunidades) y se distribuye en forma equitativa entre los que participan, asegurando que la “riqueza” generada a escala local permanezca en la comunidad.
La efectividad del intercambio descansa en el compromiso de la gente que participa en el sistema para respetar las reglas de funcionamiento, entre las cuales se destacan el no acaparamiento de productos ni de monedas comunales, puesto que esta última es parte de la propiedad colectiva y cumple la función social de facilitar el intercambio.
(Ayuntamiento de Barcelona)
Las Redes de Intercambio Solidario tienen como objetivo la dinamización de las relaciones sociales de cooperación entre los miembros de un determinado ámbito o espacio de convivencia a la ciudad (barrios o escaleras de vecinos, centros o proyectos educativos y sanitarios, deportivos…) para mejorar el bienestar cotidiano de las personas.
Algunas iniciativas de intercambio solidario son los bancos de tiempo, las redes de intercambio de bienes y de conocimientos y las cooperativas de consumo agroecológico.
Valores como la solidaridad, la cooperación, la reciprocidad y la transparencia se encuentran en la base de estas experiencias, y todas ellas pretenden entender y reforzar los vínculos ciudadanos.
Las redes de intercambio solidario pretenden dar respuesta a necesidades ciudadanas fuera de los circuitos convencionales y se han desarrollado a partir de la aportación de personas y colectivos sociales.
Aquí tienes algunos enlaces que pueden ser de tu interés: la Coordinadora Catalana de Organizaciones de Consumidores de Productos Ecológicos, los Bancos de Tiempo de varias ciudades y el portal web intercanvis.net